Cada día resulta más importante asegurarnos de que nuestra familia permanezca en un entorno sano, libre de enfermedades y de todo tipo de contaminantes. Si bien nos gusta creer que nuestro hogar cumple con esas características y para eso nos empeñamos en mantener los ambientes limpios y ventilados, existe un factor externo que resulta muy difícil de controlar: el aire.

Es de público conocimiento que en cualquiera de las grandes ciudades del mundo la contaminación ambiental avanza a pasos agigantados afectando la salud de sus habitantes. En mayor o menor medida, esta misma contaminación afecta a centros urbanos menos poblados y que jamás se habían enfrentado a este tipo de problemas.

La proliferación de patologías como el asma, las alergias, migrañas o el síndrome del edificio enfermo, se deben, en gran medida, al aire que respiramos cuando transitamos por la ciudad. Sin embargo, el ambiente de nuestros hogares puede no ser tan sano como lo imaginamos.

Un purificador de aire nos permite eliminar la gran mayoría de partículas tóxicas que respiramos a diario y gracias a su tecnología, podemos hacerlo de manera cómoda y sencilla también en nuestro hogar. Los purificadores actuales, además de ser silenciosos y estéticamente muy agradables, cuentan con timers y programas automáticos que nos permiten optimizar su funcionamiento.

Si bien, en un principio era habitual contar con ellos en hospitales y grandes edificios de oficinas, hoy en día se han vuelto un elemento común de muchos hogares y lugares de trabajo. Esto se debe a que mejoran considerablemente la calidad de vida a largo plazo y pueden ayudarnos a prevenir patologías como asma, alergias y dolores de cabeza, entre otras.

Debido a la gran contaminación, hoy en día no es suficiente con mantener abiertas las ventanas para que los ambientes se ventilen y los gérmenes no se concentren. El aire que respiramos es cada vez menos puro y esta situación puede potenciarse dentro de nuestro hogar.

¿Y el aire de mi casa?

El mismo aire con smog, polvo y contaminantes que respiramos en la calle puede volverse mucho más tóxico en nuestro hogar debido a la concentración y falta de ventilación. A eso debemos sumarle factores internos como la humedad, el moho, el polvo de hogar, los ácaros y los pelos y desechos de nuestras mascotas que pueden convertir nuestros hogares en verdaderos focos infecciosos.

De manera invisible a nuestros ojos, en gran medida son responsables de alergias, dolores de cabeza, asma y otros padecimiento que afectan a nuestra familia sin que podamos encontrar alguna razón concreta para su existencia. Sumado a la mala ventilación con la que cuentan muchas casas, se crean ambientes tóxicos de los cuales, en mayor o menor medida, todos somos víctimas.

En consecuencia, la situación de nuestras casas no siempre es mejor. Los pelos de nuestros animales, sus desperdicios, el tacho de la basura, sumado a elementos comunes como el humo de cigarrillos, polvo de hogar y ácaros, se concentran debajo de nuestro techo generando diferentes malestares. Además de atentar en contra de nuestro bienestar, los contaminantes del aire pueden provocar consecuencias a nuestra salud, sobre todo para los más chicos y ancianos de la familia.

Un purificador de aire elimina las partículas e impurezas que causan gran parte de los problemas respiratorios y de piel. Asma, alergias, dolores de cabeza, conjuntivitis, son algunas de las patologías que el aire impuro puede provocarnos. Humo de cigarrillos, partículas de polvo, contaminantes externos, polen y pelos de animales, son elementos que un purificador puede eliminar del aire y así convertir los ambientes en lugares mucho más saludables.

Reducir la contaminación del aire dentro de nuestro hogar nos permite mejorar nuestra calidad de vida actual y futura. Así como estamos pendientes de la limpieza de nuestros pisos, la pureza del agua que tomamos y la calidad de los alimentos que cocinamos, controlar el aire que respiramos resulta fundamental para vivir de manera tranquila. 

Es por eso que cada vez resultan más populares los purificadores que nos permiten controlar la calidad del aire que respiramos y asegurarnos de que, al menos en nuestro hogar, nuestra familia respire de manera saludable.

Lo mismo sucede en oficinas y locales comerciales con mucha afluencia de gente. Al día de hoy y debido a la pandemia que azota al mundo, hemos tomado consciencia de lo importante que resulta mantener distancia, evitar las aglomeraciones y no permanecer en lugares cerrados junto a muchas personas.

Sin embargo, incluso antes del Coronavirus, estos ambientes eran sumamente tóxicos debido a las bacterias y gérmenes que se movilizan junto con las personas.

Al día de hoy, contar con un purificador de aire en nuestro hogar y lugar de trabajo resulta fundamental tanto para nosotros como para aquellos que tienen que trabajar o permanecer allí de manera circunstancial.

¿Cómo funciona un purificador de aire?

A través de sus filtros, el purificador fuerza la entrada del aire, captura las partículas contaminantes y lo devuelve mucho más puro, generando un ambiente en el que incluso se reducen los malos olores. En cuanto a su funcionamiento, al día de hoy los purificadores de aire han avanzado mucho y realmente son muy sencillos de operar. La gran mayoría incluye pantallas táctiles e intuitivas que nos permiten manejarlo con dos o tres toques.

Podemos aumentar o reducir la potencia dependiendo de la calidad de ambiente en el que lo estemos haciendo funcionar. Resulta imprescindible para las épocas del año en las que abundan el polen o las enfermedades aerotransportadas.

Poseen sensores que nos avisan cuando ha llegado el momento de cambiar el filtro para asegurarnos de que siempre esté funcionando de manera correcta. El diseño actual de los purificadores nos permite transportarlos de un ambiente a otro sin mayor inconveniente. También cuentan con modo silencioso, nocturno y timer para que podamos purificar nuestro aire sin estar expuestos a incómodos sonidos.

Al día de hoy, la gran mayoría de los hogares cuentan con aires acondicionados que nos permiten ventilar y regular la temperatura de los ambientes. Un purificador de aire se complementa perfectamente con los equipos de aire acondicionado, convirtiendo nuestro ambiente, además de fresco y cálido, dependiendo de la época, en un ambiente con aire puro y sin olores.

En conclusión, un purificador de aire nos permite eliminar la gran mayoría de los contaminantes que respiramos a diario y lejos de ser un lujo, se ha convertido en una necesidad que con el correr de los años y el avance de la contaminación, cada vez resulta más común ver en edificios, hospitales, lugares de trabajo y hogares de familia.

Es fundamental para familias cuyos integrantes padecen asma, alergias o migrañas y, a largo plazo, resultan una excelente inversión no solo para el bienestar de ellos sino también para la salud de toda la familia.